Los animales de apoyo emocional son prescritos por profesionales de la salud mental para brindarles a sus dueños consuelo y apoyo.
Los perros de apoyo emocional no requieren ningún entrenamiento específico, sino que solo deben acompañar a sus dueños para ayudarles a nivel emocional con su simple presencia.
Este aspecto los diferencia de los perros de asistencia, entrenados para ayudar a personas con algún trastorno o discapacidad, como los perros de respuesta médica, que detectan ataques de epilepsia o bajadas de azúcar, los perros lazarillo o los perros de señalización de sonidos, para personas sordas, por ejemplo.
El rol emocional de los perros trabaja, principalmente, en dos ejes de necesidad: el afecto y el compañerismo.
Las personas que vivimos con el síndrome de dolor regional complejo sufrimos afectaciones del estado de ánimo, la presencia de estrés o ansiedad.
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En estos periodos, podés sentirte incomprendido y débil, llegando a desarrollar impotencia y frustración frente a la vida, y pudiendo incluso aislarte para no mostrar su vulnerabilidad ante los demás. Y es frente a este cuadro sintomático cuando el apoyo emocional de un perro puede convertirse en una terapia de ayuda física y psíquica importante que, por supuesto, siempre deberá complementarse con la ayuda de profesionales médicos y terapeutas.
Cuando todo esto pasa, el recibir el afecto y el compañerismo de tu perro, te hace sentir menos aislada y más comprendida, y el simple hecho de poder cuidar a otro ser, fomentará su sensación de utilidad, y podrá ayudarte a regular tus hábitos diarios si lo requerís.
¿QUÉ CARACTERÍSTICAS DEBE TENER UN PERRO DE APOYO EMOCIONAL?
No es necesario que el perro de apoyo emocional tenga ninguna característica específica. Lo que sí es importante es que se entienda bien con la persona a la que acompaña, y siga las normas básicas de convivencia, como no ser agresivo, obedecer órdenes básicas como acudir a la llamada, estarse quieto...
Si crees que lo necesitas, no lo dudes, consulta a tu médico o terapeuta de confianza y buscá un perro que te acompañe. ¡No te arrepentirás!
Ánimo!
Mariajosé
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