El síntoma clave es dolor prolongado y severo que puede ser constante. A veces se describe como una sensación de "ardor", "hormigueo" o como si alguien estuviera apretando la extremidad afectada. Es posible que el dolor se extienda a todo el brazo o la pierna, a pesar de que la lesión pudo haber sido solo en un dedo de la mano o del pie. En casos raros, el dolor puede pasarse a la extremidad opuesta. A menudo hay una mayor sensibilidad en el área afectada, conocida como alodinia y el contacto normal con la piel puede ser muy doloroso.
Las personas con el SDRC también tienen cambios en la temperatura y el color de la piel o hinchazón de la extremidad afectada. Esto se debe a la microcirculación anormal causada por el daño a los nervios que controlan el flujo sanguíneo y la temperatura. Como resultado, la parte afectada puede sentirse más cálida o más fría en comparación con la extremidad opuesta. La piel de la extremidad afectada puede verse manchada o cambiar de color volviéndose azulada, púrpura, pálida o enrojecida.
Otras características comunes del SDRC incluyen:
cambios en la textura de la piel en el área afectada, pudiendo verse brillante y delgada
patrón de sudor anormal en el área afectada o las áreas circundantes
cambios en los patrones de crecimiento de las uñas y del vello
rigidez en las articulaciones afectadas
problemas para coordinar el movimiento muscular, con una menor capacidad para mover la parte afectada del cuerpo
movimiento anormal en la extremidad afectada, la mayoría de las veces con postura anormal fija (llamada distonía), pero también temblores o sacudidas de la extremidad.
Fuente: NIH
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